La artesanía del cuero es una de las mas extendidas en el país y, en modo particular, en la provincia de corrientes. Esto es así como una consecuencia natural, derivada de una particular ecología, en la que abundan originariamente numerosas especies de la fauna regional y mas tarde de la difusión de la ganadería con inmensas cantidades de caballos, vacunos y ovinos.
En un principio, las pieles y cueros de los animales salvajes fueron usados por los aborígenes para elaborar objetos resistentes y de pequeños tamaños, para lo cual era habitual emplear cuero de carpincho, ciervos y otros animales.la civilización del cuero se conoce a la realidad cuando este insumo era lo que se usaba en construcciones (techos, puertas, divisiones, cielorrasos y en los tientos para atar el maderamen de las obras); el transporte (cubriendo carretas, en riendas, los buches, noques y accesorios); en recipientes (baldes de todo tipo, odres para vino, para yerba y para agua); en muebles (sillas, sillones, arcones, catres, etc); utensilios de vajillas y, por supuesto, en el vestuario, desde las botas, hasta los sombreros, incluyendo cintos y todo tipo de accesorios y como la yuspa, una bolsita de cuero que se colgaba del pescuezo y en ella se alojaban la yesca, el pedernal y la piedra.
Además de estos usos, el cuero fue empleado como moneda y particularmente como forma de pago de los esclavos africanos hacia las compañías francesas, inglesas y holandesas, como se registra en documentos de aquella época. Buena parte de la historia argentina y de las economías provincianas deriva del manejo y usufructo de este recurso, que se creyó inagotable y genero las primeras curtiembres, favorecidas por la existencia del tanino, extraído de ese otro recurso que también se creyó inagotable, los quebrájales de la región nea.
Quienes inician esta actividad de curtiembres son en su mayoría europeos, particularmente españoles, los que llegan con sus técnicas del viejo mundo y van consolidando esta actividad aprendida posteriormente por los criollos.
En un principio, las pieles y cueros de los animales salvajes fueron usados por los aborígenes para elaborar objetos resistentes y de pequeños tamaños, para lo cual era habitual emplear cuero de carpincho, ciervos y otros animales.la civilización del cuero se conoce a la realidad cuando este insumo era lo que se usaba en construcciones (techos, puertas, divisiones, cielorrasos y en los tientos para atar el maderamen de las obras); el transporte (cubriendo carretas, en riendas, los buches, noques y accesorios); en recipientes (baldes de todo tipo, odres para vino, para yerba y para agua); en muebles (sillas, sillones, arcones, catres, etc); utensilios de vajillas y, por supuesto, en el vestuario, desde las botas, hasta los sombreros, incluyendo cintos y todo tipo de accesorios y como la yuspa, una bolsita de cuero que se colgaba del pescuezo y en ella se alojaban la yesca, el pedernal y la piedra.
Además de estos usos, el cuero fue empleado como moneda y particularmente como forma de pago de los esclavos africanos hacia las compañías francesas, inglesas y holandesas, como se registra en documentos de aquella época. Buena parte de la historia argentina y de las economías provincianas deriva del manejo y usufructo de este recurso, que se creyó inagotable y genero las primeras curtiembres, favorecidas por la existencia del tanino, extraído de ese otro recurso que también se creyó inagotable, los quebrájales de la región nea.
Quienes inician esta actividad de curtiembres son en su mayoría europeos, particularmente españoles, los que llegan con sus técnicas del viejo mundo y van consolidando esta actividad aprendida posteriormente por los criollos.
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